“Hoy, ser comunista o no es más importante que ser gay, que no significa casi nada”.

Por Vica Rule

Los agravios y la derecha LGBTTII…

La llamada comunidad lGBTTII o Diversidad en la actualidad está inmersa en una ola de activismo marcada por el pragmatismo electoral, el happening, las correas de trasmisión, las puertas giratorias, la despolitización, la desmemoria, el conservadurismo y un claro giro hacía una orientación política de derechas. Este escenario es auto referencial, pos-ético, individualista, neo liberal y nihilista: “préñame del bicho o del virus” es la frase cínica y abyecta que sintetiza esas nuevas subjetividades narcisistas.

Me refiero, sobre todo, a los “activistas” de Estado, a los políticos profesionales o suspirantes a hacerlo que han hecho del activismo LGBTII un modus vivendi (y operandi también), a los que consideran la justicia a las víctimas como “defender causas perdidas”, me refiero a la hipocresía de políticos que organizan “Foros de la Diversidad” y al otro día presumen su homofobia en público; a los que guardan silencio frente al avance de Encuentro Social (PES) y la muerte del Estado laico, al avance de las derechas en la política pública en México, me refiero a la mediocridad vergonzante de funcionarios públicos que tienen a su cargo políticas de protección a la Diversidad y carecen de experiencia y conocimientos básicos para ello y, sobre todo, a los que no tienen legitimidad ni memoria y han olvidado a Neftalí Ruiz, a Octavio Acuña, a Agnes Torres entre muchas otras víctimas.

Seamos claros hoy ser activista LGBTTII en México no necesariamente significa ser progresista, demócrata, incluso liberal y mucho menos buscar un auténtico mejoramiento del país, ni de la comunidad que dicen representar. La marcha Gay Pride  hoy en la ciudad de México perdió la oportunidad de cambiar la política de Panóptico del corrupto Mancera, y delegar su organización a los verdaderos protagonistas que son las colectivas, familiares de víctimas de homofobia, transfobia y a las organizaciones auténticamente representativas. Al menos a mí no me representa una renegada de su patria como la Pastrana ni la embajadora de Estados Unidos.

El fin de los homosexuales

Pero hubo un tiempo en que las cosas no fueron tan malas para la cultura homosexual. La primera ola o etapa histórica (activa) del movimiento, fue de un carácter ecuménico, radical y de vocación igualitaria. Fue en el contexto de las jornadas de solidaridad con la Revolución cubana donde los activistas de la diversidad, por primera vez, deciden salir a la luz pública en la defensa de sus derechos.

En Julio de 1978 el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR) y el grupo Lambda de Liberación Homosexual organizaron por primera vez la marcha del orgullo gay en México del Monumento a los Niños Héroes al Hemiciclo a Juárez en la ciudad de México. Las consignas de esa época testimonian como el movimiento gay como una lucha dentro de una perspectiva social: “Derechos iguales a los homosexuales”

Para los sujetos transexuales esa época fue una larga noche de represión y asesinatos. Uno de los más emblemáticos fue el de Neftalí Ruíz (1993) en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Fue quizás el primer asesinato de una activista transexual que motivo una reacción de organismos nacionales e internacionales de derechos Humanos.

Pese a las recomendaciones hechas por dichos organismos el asesinato de Neftalí Ruíz y de otros transexuales en el estado de Chiapas fueron olvidados sobre todo después del levantamiento zapatista como lo señala en su informe: “Informe Especial Sobre Ejecuciones en Chiapas”  del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, AC: “La última acción del gobierno de Chiapas fue la designación en el año de 1994 de un fiscal especial para esclarecer los casos, Jorge Gamboa Borraz quien asumió esta función y tres meses después renunció. Hasta el momento no se ha vuelto a designar a otro fiscal lo que demuestra la poca disposición de las autoridades. Los crímenes aún continúan impunes. Sin embargo en este año, tras la irrupción en Chiapas del EZLN, las investigaciones del caso fueron olvidadas completamente por las autoridades estatales.”  El crimen de Neftalí Ruíz por parte de un elemento de la Policía Judicial Estatal, según testigos también motivo el primer informe Rompiendo el silencio de Amnistía Internacional sobre la situación de la comunidad LGBTII.

 En términos generales el SIDA y los asesinatos de activistas marcaron el final de esa etapa histórica del movimiento gay en México.  Ese eclipse de los valores de lo ecuménico y lo igualitario coincidió también con la irrupción en el mapa político nacional de la unificación de dos procesos: por un lado la unificación de una parte de las izquierdas mexicanas que tuvieron como resultado el Partido Mexicano Socialista (PMS) y por otro lado, la escisión del PRI de la Corriente Democrática encabezada por el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.   

El fraude de las elecciones de 1988 impusieron la continuidad del proyecto neoliberal en México, a la vez y que se visibilizo el divorcio entre una realidad mediática nacional sostenida por lo grandes oligopolios comunicacionales en maridaje con los grupos del poder fáctico y el otro México plural, diverso, multiétnico, pluri lingüístico y cultural. Empero, el descontento social y las indignaciones desbordadas fueron congelados inesperadamente por el mismo Cuauhtémoc Cárdenas en un discurso multitudinario en el Zócalo de la ciudad de México.   

En ese contexto donde predominaba la exigencia de los derechos de participación política y dónde los derechos humanos no eran parte del lenguaje político de la época, una gran parte, pero no todos, de los activistas gay y lesbianas sobrevivientes a la represión y a la pandemia se incorporaron al PRD. Históricamente ahí nació esa subordinación de parte del movimiento de la diversidad al sistema de partidos en México. Desde esos tiempos los temas de la agenda LGBTTII se subordinaron y redujeron al clientelismo electoral y a la legitimación de los partidos políticos en México. 

La segunda ola

Los noventas inician, con ese vacío generacional provocada por los estragos del SIDA, una segunda ola donde los colectivos y activistas se plantean demandas específicas y particulares, la marcha de Orgullo Homosexual se convirtió en un evento para visualizar y hacer públicas  estas demandas. Esta segunda ola de activismo la podríamos llamar de corto plazo, reivindicatoria y autorreferencial.

La crisis de las derrotas históricas y activistas de la misma izquierda partidaria en México: Para ser precisos, el desplazamiento de esa izquierda ya en el poder local como en la ciudad de México hacía posiciones neoliberales; al asumir un fin de la historia y de la clausura aparente de toda posibilidad de cambios desde una mira social se tradujeron en un abandono de todo proyecto alternativo ubicado desde una posición de izquierda.

En pocas palabras llegaron al poder no para cambiar la realidad ni el mundo sino para resarcir desde lo individual esa lucha (1997); es decir lo universal y colectivo subordinado a lo personal, al simple interés particular a lo mucho del grupo o mafia política a lo que se pertenecía y la relación con el colectivo se limitó a lo clientelar y burocrático. Desde luego la llegada de la izquierda partidaria a la ciudad de México se tradujo en algunos avances formales y jurídicos producto de décadas de luchas y de varias generaciones de activistas del movimiento gay.

Tercera ola

En el nuevo siglo y milenio el movimiento llamado oficialmente LGBTI inicia una tercera ola o periodo que en términos generales podríamos llamar pasiva, líquida, dependiente del partido, de la clase política y de la estructura de Gobierno. Lo que es peor inicia una etapa donde circulan nuevos elementos ideológicos; de privatización, de comercialización, de neoliberalismo del movimiento gay en la ciudad de México y espejeado en muchas otras partes del país.

La crisis de este periodo histórico de la diversidad tiene un pináculo de esta abducción de la marcha llevada a cabo por el gobierno central de la ciudad de México se establece, en términos simbólicos, cuando la embajadora Norteamérica Roberta Jacobson es la invitada especial a la marcha del 2016. En mi opinión uno de las mayores tonterías, agravios e insultos que la comunidad LGBTTII ha recibido en toda la historia de su movimiento.

En síntesis a partir de este marco histórico del movimiento gay en México ha sufrido una derrota histórica en la medida que desde su etapa política y militante se ha terminado en el triunfo de la abducción neoliberal, no obstante a partir sobre todo, de la ruptura objetiva y subjetiva que significó Ayotzinapa se ha abierto nuevos escenarios de resistencia y oposición a esa política oficial.

Hoy es posible hablar en México, afortunadamente, de un movimiento a favor de los derechos de la Diversidad y de las identidades sexo diversas fuera de los partidos políticos; una joven generación de activistas articulados en colectivos, agrupaciones anticapitalistas, Redes de apoyo a Marichuy, colectivas en provincia, batucadas lesbo feministas, también marcharon en día de hoy con el genuino sentido de reivindicación, rebeldía, desobediencia y protesta política con el que se inicio hace 41 años esta marcha.

La devaluación de la franquicia

Ese escenario alternativo viene del lado más débil, desprotegido, precario y desechable de la sociedad. Proviene de las indignaciones provocadas por el alto índice de feminicidios, las desapariciones, la trata de blanca, las ejecuciones políticas de opositores al modelo neo liberal. Esa la otra cara de ese giro a la derecha del movimiento gay tiene como contra parte el crecimiento escandaloso del feminicidio en todo el mapa del país y de un alto índice de asesinato de homosexuales y mujeres transexuales.

La marcha de finales de octubre del 2016  es sintomática de esos nuevos escenarios y comportamientos sociales de los integrantes de la diversidad en México porque fue de manera espontánea por los asesinatos de transexuales en la Alcaldía Cuauhtémoc de la ciudad de México; marcha apoyada por feministas radicales, activistas transexuales, anarquistas, ciudadanos independientes.

 Esa protesta fue significativa porque se dejó de usar la bandera tradicional gay. Los activistas profesionales fueron desplazados por los liderazgos naturales emergidos desde los propios grupos afectados, liderazgos que hicieron una declaratoria de guerra al gobierno federal. La bandera de arcoíris dejo de representar las demandas y la indignación de los sujetos marginados de la diversidad, se convirtió ese día en una franquicia no en un referente de movilización política en su lugar la bandera de la transexualidad encabezo el eje movilizador de esas conciencias.

Hacía una equivalencia posible

Ahora bien: ¿lo anterior por qué es importante para el resto de los movimientos sociales? Una reflexión inicial sería porque es indicador de nuevos escenarios y sujetos sociales en México. Un escenario donde las viejas verdades se vuelven insostenibles, ya no hay nuevas verdades sino inéditas incertidumbres y complejidades que arrojan nuevas preguntas para las que, por el momento, no hemos dado, ni encontrado una respuesta.

Un ejemplo sería el desplazamiento de los sujetos tradicionales de las luchas políticas del siglo veinte hoy sustituidas por nuevos sujetos de emancipación que responden no sólo a sus condiciones materiales y locales de existencia, sino a la exacerbación de sus indignaciones, a su nueva perspectiva global y a su vocación por establecer vinculaciones con otros indignados más allá de sus fronteras temáticas y de los alcances de sus demandas particulares.

El término de vinculación entendido como un grado de mayor identificación y de entendimiento causal que el término de equivalencia en toda perspectiva de organización social en México. Es decir, ¿cuál es el denominador común, el nexo causal en la violación de los derechos humanos de los sujetos de la diversidad en México con otros temas como del feminicidio; la criminalización de la protesta?

En varios momentos he señalado que el nexo común y el punto unificador esta con el actual paradigma de justicia en México; en concreto son los mismos Ministerios Públicos, los mismos funcionarios de Procuradurías, los mismos jueces, la misma dinámica estructural la que afecta tanto a uno como a otros; entender esto es encontrar una equivalencia con otros sujetos interesados en las mismas trasformaciones y rupturas sociales.

El sujeto transexual en la ciudad de México y en el país está, generalmente, debajo de la pirámide social; por ello su única posibilidad de resistencia y de sobrevivencia está en la organización social inter clasista, transversal y en la alianza con otros sujetos sociales discriminados o explotados. 

El sujeto transexual, en nuestro país, ya no tiene nada que perder y todo un mundo posible por ganar; ese espíritu de lucha, esa inspiración, esa vocación por sobreponerse al miasma y a la resignación ante la catástrofe neoliberal puede ser irradiada a otros acompañantes situados en la misma barricada social.

El tema social de la diversidad es llave de entrada a otras temáticas atravesadas por las mismas violencias estructurales del país. En esa perspectiva las actuales restauraciones conservadoras y el fortalecimiento de las derechas dentro del mapa político en México tienen en el punto de mira de su discurso de odio, no sólo a las identidades sexo diversas, sino también a los migrantes de la frontera sur, a las mujeres que reivindican el derecho a decidir sobre su propio cuerpo, a los pueblos comunitarios que se oponen a los mega proyectos extractivistas, a los periodistas que desde las radios comunitarias y sus páginas de internet deciden no guardar silencio sobre ante la graves crisis de los derechos humanos en México.

En nuestro país soplan inéditos vientos conservadores, neo fascistas y de odio. Por ello el movimiento de la Diversidad junto con los feminismos incluyentes y críticos es, al menos deben ser los primeros en advertirlo y oponerse. Hay que entender que la “aceptación” y supuesta tolerancia de Encuentro Social a los derechos de la Diversidad es un recurso táctico mientras acumulan mayores espacios de poder.

Es ingenuo creer en la palabra de tolerancia del PES hacia la Diversidad; es un grave error político pensar que los derechos ganados no son irreversibles. Las luchas que hoy hagas o dejes de hacer serán los derechos del mañana, no basta “Ser para resistir” hay que organizarse, recuperar el carácter reivindicatorio de la Marcha del Orgullo Homosexual su vocación igualitaria, su caracter ecuménico e incluyente, su rebeldía y desobediencia. Sólo organizados con otros sectores lograremos resistir par realmente Ser.

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